El
inicio del proceso reproductivo de la perdiz roja comienza en los
meses de enero y febrero, cuando en las ban dadas de esta especie,
los machos comienzan a cortejar a las hembras. En esta época del año
se producen numerosos y violentos combates entre los machos, que
buscan la posesión de las hembras. El apareamiento comienza en los
meses de marzo o abril. La lucha entre los machos tiene su causa en
el hecho de que cada macho cubre a más de una hembra, es decir, no
se trata de animales monógamos. Por el contra rio, una vez que la
primera hembra ha sido cubierta, el macho se aleja de ella en busca
de nuevas compañeras. Una vez fecundadas, las hembras comienzan la
búsqueda de un refugio en el suelo, normalmente depresiones ocultas,
setos, surcos de los sembrados, raíces de árboles, matorrales,
etc., donde depositarán sus huevos.
Por
lo general, la nidada está formada por una cantidad de huevos
que oscila entre doce y dieciocho. Los huevos son de un tamaño que
se puede considerar como grande si se tiene en cuenta las dimensiones
comunes de una hembra de perdiz roja. La forma de los huevos es
ovoidea, redon deada en los dos casquetes, con color de fondo
amarillento rojizo salpicado de pequeñas manchas marrones oscuras.
Estos huevos son de una notable consistencia, hecho que probablemente
se encuentre vinculado con la escasa protección que les brinda el
tosco nido en el que son incubados.